Errand into the Maze: Cuerpo, miedo y mito

Errand into the Maze: Cuerpo, miedo y mito

Entre las muchas obras de Martha Graham que abordan las tensiones entre lo íntimo y lo arquetípico, Errand into the Maze (1947) destaca por la claridad con la que convierte el movimiento en metáfora del enfrentamiento con el miedo. Inspirada libremente en el mito de Ariadna y el Minotauro, esta coreografía no busca ilustrar una narrativa mítica tradicional, sino convertirla en un rito escénico donde el cuerpo—específicamente el cuerpo femenino—se convierte en territorio de revelación y transformación.

Un nuevo centro narrativo: la mujer

Uno de los aportes más radicales y persistentes de Graham fue colocar a la figura femenina en el centro de relatos que, durante siglos, habían sido narrados desde una perspectiva masculina. Lejos de representar a la mujer como musa pasiva o víctima, Graham la sitúa como fuerza activa, como protagonista del conflicto y de su resolución. En Errand into the Maze, Ariadna no espera al héroe que la rescate: se adentra sola en el laberinto y enfrenta directamente a la Criatura del Miedo.

Esta decisión no es anecdótica: forma parte de una relectura crítica del mito. Mientras que en las versiones clásicas el centro del relato es el acto heroico de Teseo, aquí es la mujer quien sostiene la acción dramática. Según Blakeley White-McGuire, “las obras de Graham reescriben la historia escénica desde el punto de vista femenino, desafiando las estructuras tradicionales que celebran al héroe masculino y relegan a la mujer a un papel subsidiario” (White-McGuire, 2022, p. 38).

Esta afirmación artística y simbólica se encarna en un lenguaje físico intenso, donde la voluntad, la autonomía, la vulnerabilidad y la potencia femenina se entrelazan. Como recuerda Virginie Mécène, directora de Graham 2, “Graham exige que seas cien veces tu mejor versión” (White-McGuire, 2022, p. 39). Y esa exigencia no es técnica únicamente: es existencial. Se trata de asumir el protagonismo del propio destino, no como una representación, sino como un acto vivido en escena.

El laberinto del cuerpo

Desde sus primeros instantes, Errand into the Maze establece una atmósfera ritual. Ariadna da sus primeros pasos hacia el laberinto, espacio simbólico y físico, donde la espera la Criatura del Miedo. “Esta danza es una performance ritual de superación del miedo: el miedo a avanzar por cuenta propia y el miedo a activar el poder sexual propio” (White-McGuire, 2022, p. 41).

La obra puede entenderse como una cartografía coreográfica del enfrentamiento psíquico. Ariadna no se enfrenta a un monstruo externo, sino a un aspecto de sí misma: la sombra, el trauma, lo reprimido. La danza no cuenta la historia, sino que la atraviesa.

Una danza de oposición

Christine Dakin, una de las grandes intérpretes de Graham, subraya que muchas de las obras de la coreógrafa, incluida esta, tematizan el conflicto entre el individuo y el colectivo. “Muchas de las danzas de Martha trataban sobre el individuo enfrentándose al grupo […] El artista no está ahí para entretener. Su trabajo es distinto, y cómo encaja en la sociedad es complicado y fácilmente malinterpretado” (White-McGuire, 2022, p. 42).

Este matiz resulta vital en Errand into the Maze, donde el cuerpo femenino emerge como afirmación de subjetividad. La danza, entonces, no es sólo vehículo de expresión, sino de transformación. Como señala Elizabeth Auclair, “uno se convierte en la historia a través del movimiento […] si se entra verdaderamente en el movimiento, todo está ahí” (White-McGuire, 2022, p. 46).

Escenografía como psique

El entorno escénico ideado por Isamu Noguchi es inseparable del contenido de la obra. Una pelvis erguida al fondo y una cuerda extendida sobre el suelo componen un espacio donde el cuerpo no solo transita: dialoga con símbolos. “Noguchi hablaba de cómo Graham absorbía completamente sus escenografías, hasta el punto de que ya no eran suyas, sino de ella. Eran partes de su anatomía” (White-McGuire, 2022, p. 23).

Este paisaje escénico, lejos de ser decorativo, encarna la anatomía simbólica de Ariadna. La cuerda —eco del hilo mítico— no guía hacia la salida, sino que marca el camino hacia el centro del conflicto.

Billy Rose Theatre Division, The New York Public Library. (1985).Martha Graham Dance Company, studio portrait of Christine Dakin in "Errand into the Maze", choreography by Martha Graham Retrieved from 
https://digitalcollections.nypl.org/items/b1db4c30-36b1-0136-1fca-09615dae43f9

La transformación como legado

La importancia de Errand into the Maze radica también en su lugar dentro del repertorio “griego” de Graham. Junto a obras como Cave of the Heart o Night Journey, se aleja del relato lineal para centrarse en “estados extremos de existencia emocional” como el miedo, la desesperación o la rabia (White-McGuire, 2022, p. 46).

A través de una fisicalidad hiperbólica y altamente codificada, la obra reclama al cuerpo como espacio de poder. “El rigor exigente de esta coreografía permite al intérprete llegar a ser quien realmente puede ser” (White-McGuire, 2022, p. 40). Esta idea, profundamente nietzscheana y también junguiana —como lo fue parte del pensamiento simbólico de Graham—, coloca el trabajo coreográfico como una vía de individuación: la danza como autodescubrimiento.

Graham comprendía que el cuerpo femenino —muchas veces domesticado por las normas escénicas o sociales— podía transformarse en instrumento de agencia y conocimiento. De ahí que sus coreografías se conviertan en espacios de elaboración simbólica donde la mujer no representa un rol, sino que lo reconfigura desde el interior.

Un eco actual

Setenta y siete años después de su creación, Errand into the Maze no ha perdido su potencia. En un contexto en que los discursos sobre el miedo, el género, el cuerpo y la autonomía siguen marcando nuestras sociedades, la pieza se revela como espejo atemporal.

No es casualidad que Blakeley White-McGuire, quien escribió extensamente sobre esta obra y la interpretó durante más de una década, concluya que el miedo no se elimina, se transforma. “A pesar de su conquista de la Criatura del Miedo, Ariadna sabe que este volverá inevitablemente, incluso cuando ella sale de la oscuridad hacia la luz” (White-McGuire, 2022, p. 41).

La danza no promete salvación. Pero ofrece algo más poderoso: la posibilidad de seguir caminando.

Bibliografía

White-McGuire, B. (2022). The Martha Graham Dance Company: House of the Pelvic Truth. Methuen Drama / Bloomsbury Publishing.

Traducción de las citas por Esteban para este blog.

Sobre el autor

Luis Esteban Aranda Rodríguez es docente e investigador independiente en danza contemporánea, con especialización en la Técnica Graham. Desde 2010 ha desarrollado una labor continua de estudio, transmisión y contextualización histórica de esta técnica, impartiendo clases y talleres en Bolivia, México, Italia, España y Francia. Actualmente reside en Oviedo, donde ofrece formación regular presencial y online, con un enfoque que integra la práctica técnica con la reflexión crítica sobre la historia y la pedagogía de la danza moderna.

Derechos de uso

Este contenido se distribuye bajo licencia CC BY-NC-SA 4.0  – Atribución – No Comercial – Compartir Igual.
Se permite su uso y adaptación no comercial, siempre que se dé crédito y se mantenga esta misma licencia.

Portafolio